EL PORTAFOLIO DE EVIDENCIAS COMO ESTRATEGIA DE APRENDIZAJE COMPLEMENTARIA DURANTE LA CONTINGENCIA
Por: Domingo G. Espitia
“Para
enseñar un saber nuevo, es necesario inventarle aplicaciones al alcance del que
aprende. Estas construcciones provienen
de la ingeniería didáctica y a menudo de la fantasía” (Guy Brousseau).
El mundo vive un duro momento de incertidumbre que
probablemente terminará transformando muchas cosas en la vida de las personas,
en la sociedad y también en la educación.
En medio de todo, reconforta evidenciar la gallardía de cada maestro, la
entereza con la que se enfrenta a estas nuevas circunstancias, paliando el día
a día, buscando estrategias, pensando la forma más adecuada de garantizar que
los estudiantes sigan aprendiendo desde casa, a pesar de las difíciles condiciones, pero ante todo que estén
cuidándose y apoyando el cuidado de sus familiares.
Es claro que no todas las escuelas afrontan las mismas
circunstancias, como nunca se han hecho evidentes las desigualdades existentes
y la forma en que estas terminan incidiendo en lo que aprenden los niños y en
el cómo lo aprenden. Para muchas escuelas de la zona rural dispersa el único
contacto de sus profesores con sus estudiantes ha sido a través de guías de aprendizaje
preparadas por estos, guías de aprendizaje que son trabajadas por los
estudiantes con el apoyo de su familia y que son retornadas al docente para la
respectiva retroalimentación. Estos niños no tienen otra opción para trabajar,
carecen de equipos de cómputo, de dispositivos móviles y de conectividad.
En este proceso muchas de estas actividades, de estas
evidencias de aprendizaje trabajadas por los niños quedarán tiradas en las
casas de los mimos porque no disponen de espacios adecuados para su organización, no se les ha orientado acerca de cómo organizarlas y porque no serán retornadas en su totalidad a los maestros. Es en este sentido
donde la organización de “portafolios de evidencias” por parte de los
estudiantes adquiere significación y una gran pertinencia en estos días.
1. Concepto:
Un portafolio es una colección sistemática y
organizada de evidencias utilizada por el docente y los estudiantes para
supervisar la evolución del conocimiento, las habilidades y la actitud de estos
últimos en una materia o asignatura determinada, Vavrus (1990). Así planteado, un portafolio de evidencias
entonces no es más que la recopilación organizada, planeada y sistemática de los productos o evidencias de aprendizaje de los estudiantes durante un período de tiempo
determinado que le permitirán valorar de manera metacognitiva su propio
proceso de aprendizaje, volviendo sobre la información e identificando aquellos
aprendizajes donde más dificultades tuvo.
En la actual contingencia el portafolio de evidencias estaría organizado
a partir de las actividades, talleres, guías de aprendizaje y otros documentos
trabajados de manera autónoma por los estudiantes en su proceso de enseñanza en
casa.
Por otro lado, un portafolio de aprendizaje es una
apuesta didáctica que privilegia la interacción de quien aprende con un
contenido organizado, tal como lo plantea Hernández – Szczurek (2004), quien
afirma que el portafolio de evidencia se centra en el trabajo productivo de
quien lo elabora y provee evidencia verdadera y concreta de lo que las personas
aprenden en su interacción con la realidad y, también, de lo que pueden hacer
para lograr sus propósitos.
Cabe anotar que existen varias clases de portafolios
de evidencias, por un lado, existen el portafolio de evidencia de los
estudiantes y también el portafolio de evidencias del docente; por otro lado,
existen el portafolio de evidencia físico y el portafolio de evidencias
electrónico. Cualquiera sea el
portafolio de evidencia que se trabaje comprende, en el marco de su organización,
de unos criterios comunes, los cuales veremos más adelante.
2. Ventajas del portafolio de evidencias para el estudiante:
- Les permite organizar las actividades realizadas durante este período de contingencia y de clases no presenciales.
- Les permite volver sobre los temas y aprendizajes trabajados con la intención de profundizar en los mismos.
- Les permite valorar, de manera metacognitiva, su propio proceso de formación, identificando aquellos aprendizajes donde tuvieron dificultades.
- Les facilita apreciar el proceso de aprendizaje, a través de la revisión permanente y conjunta de los trabajos que se seleccionan para incluir en el mismo.
- Los estudiantes pueden descubrir que su falta de compresión de un tema determinado se debe a la carencia de los conocimientos previos sobre el mismo (Peña, 2004).
- Fortalece el autoaprendizaje o el aprendizaje autónomo.
- Contribuye al desarrollo de una actitud responsable.
- Permite recopilar información importante que demuestran sus habilidades y logros, cómo piensan, cómo cuestionan, analizan, sintetizan, producen o crean.
- Fomenta el proceso de autoevaluación.
- Permite la implicación de los padres de familia en el proceso educativo.
- Le
permite organizar las actividades desarrolladas durante este período de
contingencias y de clases no presenciales.
- Permite valorar las actividades y estrategias implementadas con el fin de cualificarlas.
- Permite disponer de un conjunto organizado de actividades que evidencien su trabajo con fines legales
- Puede ser utilizado como un instrumento de evaluación por parte del docente.
- Permite registrar, evaluar y mejorar su trabajo.
- Ofrece evidencias concretas para emprender procesos de investigación.
4.
Sugerencias para su elaboración:
- Se
debe definir las actividades que serán incluidas en el portafolio, para este
caso se recomienda incluir aquellas más representativas, aquellas que dan
cuenta de los aprendizajes más significativos trabajados por los estudiantes.
- Se deben establecer los propósitos u objetivos del portafolio y socializarlos con los estudiantes.
- Se deben escoger los materiales e insumos que estén al alcance de los niños (folders, carpetas, legajadores, etc.)
- Las actividades deben organizarse de manera sistemática, secuencial y por áreas o asignaturas.
- La revisión de los elementos de un portafolio debe ser un trabajo conjunto entre docente y estudiante.
- Debe definirse el período que comprenderá el desarrollo del portafolio.
- El portafolio debe de ser conciso y contener solamente los aspectos más relevantes y significativos de aprendizaje. La organización del portafolio es algo progresivo que se va haciendo a medida que se van trabajando los aprendizajes y competencias con los estudiantes. Este proceso comprende generalmente cuatro etapas, que arranca con la planeación previa de la estrategia, definiendo aspectos generales del mismo como el período de tiempo que comprenderá, los criterios de selección de las evidencias que se escogerán, el formato físico y la manera como se le hará la retroalimentación por parte del docente, que para estas circunstancias que vivimos probablemente será cuando vuelvan las clases presenciales.
El resto del proceso comprende:
-
Recolección y selección: como dijimos
será progresiva: el estudiante irá anexando al portafolio las actividades o
evidencias más significativas, aquellas que mejor den cuenta de los
aprendizajes y competencias trabajadas. Para ello, es importante atender las
orientaciones que le irá dando el docente. Puede contener: talleres, lecturas
realizadas, productos de escritura y cualquier otro documento que dé cuenta de
manera significativa de dichos aprendizajes.
La cantidad de productos o evidencias está a criterio del docente y del
mismo estudiante, lo importante es que estas, como ya se ha mencionado, den
cuenta de los aprendizajes de la asignatura o asignaturas definidas.
Un consejo
importante es incluir también, dentro de la selección de actividades, elementos
o documentos que a juicio de los mismos estudiantes consideren no
satisfactorios, es decir, textos o actividades que no hayan comprendido bien,
tareas inconclusas, pues ello ofrecerá importantes luces al maestro para
profundizar en esos aprendizajes posteriormente.
-
Reflexión: es la etapa donde los
estudiantes expresan sus ideas, generalmente por escrito, sobre lo trabajado y
recopilado en portafolio, las dificultades que tuvieron, los aprendizajes poco
comprendidos, pero también aquellos que lograron comprender bien. Esta es una etapa donde se pone en contexto
el elemento metacognitivo que permite volver sobre la información para valorar
el propio proceso de aprendizaje.
- Proyección o revisión: Es la etapa que va cerrando el proceso o la
estrategia del portafolio de evidencia, en ella de manera conjunta el docente y
los estudiantes valoran lo trabajado, apreciando lo aprendido, definiendo qué
aspectos o temáticas se deben repetir para profundizar en su comprensión de
acuerdo a los objetivos propuestos. En esta etapa los estudiantes tienen la
oportunidad de apreciar u observar en conjunto y de manera general todo su
trabajo y emitir juicios sobre él enfocados en sus fortalezas, debilidades y
oportunidades de mejora, incluso este ejercicio le servirá para plantearse
metas de aprendizaje a futuro.
En todo caso, como lo plantean Fajardo, Z. I. E., Ramírez
(2020), se debe tener en
cuenta que el éxito del desarrollo de los portafolios es el compromiso con un
proceso de reflexión por parte de los involucrados, de lo contrario, puede
convertirse solo en una recopilación de información que no contribuye a la
formación de los actores del hecho educativo.
Cabe agregar que la utilización del portafolio es una forma de
evaluación que debe reflejar la evolución de los estudiantes o docentes durante
un periodo de tiempo y los productos a presentar deben ser representativos del
mismo, que para este caso corresponde a las actividades que se trabajaron para
atender la presente contingencia y el proceso de educación en casa.
Como mínimo, la
organización del portafolio, de manera física o electrónica debería comprender
los siguientes componentes:
-
Información básica: registra los
datos básicos: grado, profesor, nombre del estudiante, asignatura.
- Evidencias de aprendizaje: organizadas
de manera progresiva y atendiendo las orientaciones previamente descritas. Se pueden colocar por asignatura, separadas
dentro del portafolio por un separador que indique el nombre de cada área o
asignatura.
- Conclusiones y reflexiones: comprende la
reflexión final hecha por los estudiantes y las observaciones particulares del
docente que retroalimentan el trabajo y los aprendizajes de los estudiantes.
- Observaciones individuales y/o calificaciones: es probable
que el docente vaya registrando observaciones particulares a cada actividad o
evidencia de aprendizaje, en este caso las registrará al pie de cada actividad.
Esta estrategia de profundización y evaluación de los
aprendizajes permite apreciar el esfuerzo que cada estudiante hace, su talento,
las potencialidades en determinada área, su creatividad, su entereza, las
habilidades que pone en juego en su proceso de aprendizaje, las evidencias de
su proceso formativo, su autorreflexión, sus logros, así como también las
dificultades que se le han presentado, los problemas que ha tenido que
enfrentar en un campo específico del conocimiento o de una asignatura o
asignaturas. Otro hecho importante, para
finalizar, es que los padres de familia, que en estos momentos cumplen un rol
importante como mediadores de los aprendizajes y garantes del proceso de enseñanza, pueden con esta estrategia apreciar las muestras del trabajo realizado por sus
hijos y evidenciar cómo avanzan, aprenden y pueden, de igual manera, comprender
de manera más concreta el proceso.
Referencias bibliográficas:
González, J. P.,
Vargas, M. B., & Peña, F. D. B. (2005). Una aproximación teórica al uso del
portafolio en la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación. Educere, 9(31),
599-608.
Frías, B. S. L., &
Kleen, E. M. H. (2005). Evaluación del aprendizaje: alternativas y
nuevos desarrollos. MAD.
Fajardo, Z. I. E.,
Ramírez, R. A. N., & García, M. D. (2020). Instrumento alternativo para la
evaluación del proceso enseñanza-aprendizaje en la educación básica
general. Publicaciones: Facultad de Educación y Humanidades del Campus
de Melilla, 50(2), 121-132.
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